martes, 22 de julio de 2008

Emocionantes emociones

Los niños y niñas son naturales y, así, expresan sus sentimientos, fácilmente. De la alegría a la tristeza, del amor al odio, en un abrir y cerrar de ojos. Y así de rápido puede darse una rabieta. Una pataleta que puede llegar a desestabilizarnos, a nosotros, los adultos.
En primer lugar, debemos preguntarnos si es por necesidad o por capricho, qué la provocó, cómo respondemos y si en cada rabieta, el pequeño o la pequeña consigue lo que quiere.
Nuestros hijos e hijas nos ponen a prueba constantemente, quieren saber dónde está el límite. Por eso, ante una pataleta, lo mejor es actuar con serenidad y calma.
Aunque, como una imagen vale más que mil palabras, para ejemplo, el siguiente vídeo.


No hay comentarios: