El número de niños y niñas con sobrepeso y obesidad está aumentando en todo el mundo. Existen dos aspectos básicos que influyen decisivamente en su aparición: la alimentación desequilibrada y la escasa actividad física. El exceso de peso en la infancia y la adolescencia están haciendo que enfermedades como la diabetes se manifiesten más amenudo en la gente joven.
Por eso, se hace necesario recordar y reforzar determinadas costumbres que podéis encontrar en la página web de la Generalitat de Catalunya, Departamento de Salud.
Es importante que los y las peques de la casa hagan 3 comidas principales (desayuno, almuerzo y cena) y 2 ó 3 complementarias (desayuno a media mañana y merienda). Es muy importante respetar el horario de las comidas y no saltarse ninguna.
La dieta debe ser equilibrada y variada, tanto en los ingredientes como en la forma de preparación. Por eso, es mejor planificar las comidas: los niños y las niñas deben beber agua durante todo el día, dos de las comidas principales deben incluir verdura o legumbre, aunque sea de acompañamiento. Deben tomar al menos 2-3 piezas de fruta al día así como 2-4 raciones de lácteos. Se pueden comer todo tipo de carnes, pescados y huevos, evitando los cortes más grasos. Se hace necesario limitar la frecuencia con que se toman dulces, bollería, etc y que éstos alimentos no adquieran el valor de premio o recompensa.
Comer es y debe ser una actividad placentera y social, por eso, es bueno hacer alguna comida principal en familia, evitar que los niños y niñas coman distraídos (televisión, por ejemplo) y que se impliquen en el proceso de preparación y elaboración de las comidas.
Por eso, se hace necesario recordar y reforzar determinadas costumbres que podéis encontrar en la página web de la Generalitat de Catalunya, Departamento de Salud.
Es importante que los y las peques de la casa hagan 3 comidas principales (desayuno, almuerzo y cena) y 2 ó 3 complementarias (desayuno a media mañana y merienda). Es muy importante respetar el horario de las comidas y no saltarse ninguna.
La dieta debe ser equilibrada y variada, tanto en los ingredientes como en la forma de preparación. Por eso, es mejor planificar las comidas: los niños y las niñas deben beber agua durante todo el día, dos de las comidas principales deben incluir verdura o legumbre, aunque sea de acompañamiento. Deben tomar al menos 2-3 piezas de fruta al día así como 2-4 raciones de lácteos. Se pueden comer todo tipo de carnes, pescados y huevos, evitando los cortes más grasos. Se hace necesario limitar la frecuencia con que se toman dulces, bollería, etc y que éstos alimentos no adquieran el valor de premio o recompensa.
Comer es y debe ser una actividad placentera y social, por eso, es bueno hacer alguna comida principal en familia, evitar que los niños y niñas coman distraídos (televisión, por ejemplo) y que se impliquen en el proceso de preparación y elaboración de las comidas.
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