jueves, 16 de abril de 2009

Papá, ¿cuánto ganas por hora?

Con voz tímida y ojos llenos de expectativa, el pequeño hijo recibió a su padre al llegar éste del trabajo y le preguntó:

- Papá, ¿cuánto ganas por hora?


El padre, con gesto severo, le respondió:

-Oye, hijo, esas cosas ni a tu madre se las digo y ya no me molestes que vengo muy cansado del trabajo.


Pero el niño insistió:

- Pero, papá, dime, por favor, cuánto ganas por hora.

La reacción del padre fue menos severa y respondió:


-Gano, solamente, cincuenta euros por hora.


El niño volvió a preguntar:


-Papá, ¿me puedes prestar veinte euros?

El padre se enojó y con mucha brusquedad le dijo:

-¡Así que esa es la razón de saber cuánto gano por hora! Vete. ¡Ya deberías estar durmiendo y no molestándome, niño egoísta!


Un poco después, el padre reflexionó sobre lo acontecido, se sentía culpable y no podía ver su programa de televisión tranquilo. Pensaba que quizás su hijo quería el dinero para comprar algo de mucho interés para él, por lo que queriendo descargar su conciencia, se levantó del sofá y fue hacia el cuarto del pequeño y, en voz muy baja, le preguntó:


-¿Duermes hijito?


-No, papá. - Respondió el pequeño.

- Escucha, hijo. Aquí tienes los veinte euros que me pediste.

-¡Gracias, papá! - dijo el niño metiendo sus manitas debajo de la almohada y sacando otros treinta euros. Le dijo: -Papá, ahora sí estoy muy feliz, ya completé cincuenta euros.

-Bien, hijo, ahora dime, ¿para qué quieres esos cincuenta euros?

- Papá, me podrías vender una hora de tu tiempo?

Autor desconocido


No hay comentarios: